martes, 4 de agosto de 2009

CUMPLIR UN SUEÑO

Dicen por ahí que el motivo principal para estar vivos es el de cumplir un sueño…, que ese es el principal motor que nos mantiene conectados con esta vida o aferrados a ella, para aquellos que ya no quieren seguir viviéndola. Pero existe al mismo tiempo algo que no nos permite recordar o reconocer dicho sueño, y tiene que ver con lo que aún significa para nosotros estar vivos.

Vivir sigue siendo para nosotros una conciencia de posesión, en la que nos aferramos a las circunstancias, a las personas y a la vida misma como si fuera lo único que tuviéramos. En eso, en ese juego de temor a la pérdida, se nos va la vida…, sin haberla vivido. Y la verdad es que en este plano de existencia son pocos los que pueden saber si les queda un segundo de vida o muchos años más. Por lo tanto, ¿de qué vale resistirse a la pérdida de cualquier cosa, en especial, de la vida, si no la estamos viviendo? La mejor forma de entregarnos a nuestra experiencia, es la de dejar que nuestra esencia aparezca como si nos quedara un segundo de vida; es más, como si ya estuviéramos muertos, pero conscientes de ello.

¿Qué podríamos perder al entregarnos a una muerte consciente, despierta a cada segundo de acción vivida?

Lo maravilloso de esta entrega o salto al vacío, es que la vida se abre, se nos ofrece precisamente como si no nos quedara ni un minuto más para vivir. Se nos ofrece en un acto de compasión, no de lástima, sino de amor incondicional, como cumpliendo el último deseo al condenado a muerte.

En esos momentos, el condenado se atreve más que nunca a decir, a actuar, a aparecer, porque no tiene nada más a qué aferrarse, pierde la mochila que cargó por tanto tiempo y que estaba llena de necesidades, aprensiones y temores.

El sueño existe, y es uno que podemos manifestar despiertos, con los ojos bien abiertos y atentos a lo que las experiencias nos ofrecen para ayudarnos a aparecer. Porque de eso se trata, de aparecer de una vez por todas…, aunque la locura se nos note en los ojos o en nuestra respiración.
Yo no estoy dispuesto a ajustar o tranzar mi locura ante nadie…, aunque a veces me cueste. Sólo así los ojos se me abren de par en par y vuelvo a mirar todo como algo nuevo, como un recién nacido o un extranjero que no teme en sus vacaciones ponerse cualquier ropa, porque donde está nadie lo conoce, nada le importa el qué dirán, no tiene miedo.

Sólo así me siento bien, desparezco a lo plano y conquisto lo redondo y total, me olvido de mí mismo como constructo externo y siento la verdad que se agita en mi interior. No pienso esa verdad, sino que la vuelo, la palpo, le hago el amor y me entrego al orgasmo con el Todo lo que Es, conmigo mismo. Sólo ahí soy verdaderamente capaz de amar…, sólo amar porque el amor es creación, es el vuelo eléctrificante que me hace temblar y sudar porque estoy vivo…, muerto a mis antiguas creencias, loco y arrojado.

Como si fuesen a morir o como si estuvieran muertos, la mirada y las palabras que no temen desarmar a nadie aparecen como por obra de magia, sabiamente, misteriosamente, inconscientemente, de corazón. Es más, mientras más le quiten la armadura y el fusil a quien todavía cree en ellos, mucho mejor. Y ese es precisamente mi sueño. Mi sueño incluye a los muertos que creen estar vivos, no a los ángeles; incluye a quien no sabe que ya está muerto, inconsciente; mi sueño resucita al esqueleto con ropas y lentes de sol que también cree que está vivo; mi sueño toma de la mano al zombi para que logre soberanía en su acción; e incluso, mi sueño considera al gusano que corroe los cuerpos de luz…, aquel ser que se alimenta de otros para vivir…, y lo incluye, porque también cree estar vivo mientras camina muerto y dormido. Mi sueño consiste en decirles que ya están muertos para que pierdan el miedo y vivan de una vez por todas; mi sueño les dice a todos ellos que no hay mayor amor que el que tienen dentro de sí mismos, para que dejen de buscarlo afuera, total, afuera también está lleno de muertos que creen vivir y que nada les pueden entregar.

Mi sueño pretende cerrar las puertas del cementerio y del infierno creado en nuestras mentes, para que no entre nadie más…, sólo habrá una puerta de salida por donde salga el muerto dispuesto a vivir en plenitud y conciencia. La vida es toda aquí y ahora, y aunque nos cueste vivirla así, nada vale más que intentarlo…, lograr ese sueño que cada uno tiene y que nos despierta del olvido, que nos eleva nuevamente al sitial de dioses que somos. Creadores, sin miedos, arrojados, locos, vivos siempre y en todo lugar, eternos e infinitos.

En un viaje por mar y a nado, el amor por este sueño -que es el amor por mí mismo y la causa de mi presencia en la vida terrenal-, es lo único que me saca a flote cuando me entrego al oleaje desenfrenado de la otra locura, la del rebaño del que hoy desconfío, y que cree que la existencia es una película hecha por otros y a la cual deben arrimarse aprendiendo un papel para actuar, y que más encima se les aplauda por eso. Yo nado y navego por MI locura, la misma de tantos en la historia, que viven para siempre en los corazones de la humanidad porque se atrevieron a morir en conciencia despierta.

Verán que el viento los mece suavemente, y que la lluvia no los moja sino que los cobija. Verán vuestro fuego reflejado en cada persona que tengan en frente…, y serán capaces de morir en cada acto creado por ese amor que grita en vuestro interior por aparecer.

Cada uno tiene su propio sueño y está íntimamente ligado al sueño humano total, consciente y despierto. El sueño de la libertad que ya se huele a la distancia, que está a la vuelta de la esquina.

Yo de otra manera no puedo vivir, prefiero morir en conciencia…, y aquí me tienen, nadando hasta la puesta de sol en el mar, hasta ese fuego interminable que me habla de mí mismo. Vivo.


Con amor.
Yo Soy Roberto.

Por Roberto Cabrera Olea* / 5 de agosto de 2009 / Chile
www.automaestria.ning.com / magomirdin@gmail.com

*Autor del libro “Magusk, el ser humano creador en conexión con la fuente original”, disponible en formato digital e impreso en Libros en Red:
http://www.librosenred.com/libros/maguskelserhumanocreadorenconexionconlafuenteoriginal.html

miércoles, 22 de julio de 2009

ME REBELO..., Y SIENTO!

En estos tiempos estamos ante la vital necesidad de transmutar los valores añejos que nos han forjado como personas. Aquellos que nos conectan instantáneamente con la culpa y el castigo, con el sometimiento y la obediencia. Me refiero principalmente a la importancia de recobrar nuestra espontaneidad de acción que fuimos perdiendo al pasar de los años. Espontaneidad que perdimos para poner encima la cautela que no es más que la hija del miedo a la desaprobación y al rechazo por parte de una sociedad que grita el desamor por quien no abraza sus normas.

Fuimos poco a poco construyendo un modelo de acción en el que el pensar antes de actuar es la base de nuestro aparecer en el mundo. ¡Pero qué burla a nuestra esencia resulta el postergar nuestro sentir más vivo y apasionado para dejar que sólo brote un mínimo de nuestro sentir, y con esto conseguir pertenecer a un mundo que te observa como si en el siguiente movimiento fueras a errar, es más, es como si lo esperara, ya que así confirma sus leyes y verdades!

¡Yo me rebelo…, y siento! Y con esto quiero decir que me cansé, que ya permití suficiente ahogo de mi ser por miedo a no ser amado como siento que merezco. ¡Qué iluso! Tanto tiempo de ser fiel a normas y costumbres nacidas del más brutal control; ya es demasiado tiempo de infidelidades a mi esencia, aquella que por sí sola tiene el amor suficiente no sólo para vivir esta vida terrenal, sino que cubre hasta los vuelos de ensueño que doy cuando me siento y me reconozco libre.

Nada ya me obliga, y me sumo al tan temido salto al vacío que significa darme mi propia felicidad, sin culpar al mundo ni a los demás por las lágrimas que con dolor a veces brotan de mis ojos. Si la sociedad humana obliga, yo le permití hacerlo. Soy parte de una conciencia mayor en la que todos participamos, es decir, que si el mundo muestra la cara que muestra en estos días, es porque yo y todos vibramos en esa música. Este salto al vacío no implica escapar, sino reconocer que si los colores del mundo no me gustan es porque no fui un gran pintor…, pero puedo llegar a serlo!

El punto esencial aquí, y como siempre, es el amor, pero ese amor que es la energía de nuestro origen, no el sentimiento que conocemos por ese nombre. El sentimiento del amor, muchas veces, es una zancadilla que nosotros mismos nos damos para no encontrar la verdadera energía de creación. Nuestra soberanía no es algo fácil de alcanzar, y comienza en el nivel de amor que cada uno pueda darse a sí mismo…, incluso dejando de pensar en dar al otro porque así se nos enseñó. Se supone que ese debería ser nuestro actuar, ¿cierto?, olvidarnos de nosotros mismos para dar al prójimo, siguiendo esos añejos valores de un cristianismo tan alejado de aquel hombre que murió en la cruz. Si das todo a otro pierdes tu fuerza y te desvalorizas a tal punto que cedes tu poder a quien quiera tomarlo; este acto tan enraizado en nuestra sociedad nace de aquellas mentes que buscaron tomar nuestra conciencia para hacerse del destino de la humanidad, ¿y cómo? Generando miedo, culpas y castigo…, y haciéndonos creer que algo malo vive dentro nuestro, intrínseco, algo pecaminoso. Aunque tengamos conciencia de estos enredos de poderes y sometimientos, aún ruge en nuestro interior el monstruo del castigo por no ser buenos como se nos enseñó que debíamos ser. Por eso es que yo me rebelo, y me entrego al sentir antes que a la razón sin control, que me dice cómo debo actuar en la vida y ante los demás.

El ser bueno o ser malo, es la mayor estafa que ha creado la humanidad.

La bondad o la entrega a otro que lo necesite, no parte del despojo de mi alma, parte del total amor que primero me puedo dar a mí mismo. Amarme, sentirme, aceptarme, darme cuenta de mis potenciales y explotarlos…, eso me da brillo para que otro vea que es posible brillar por sí solo. Prefiero aportar al mundo en este sentir antes de llenar de migajas y limosnas a quienes aún creen que no pueden ser felices o que la pobreza es su destino. En vez de combatir a piedrazos o luchar con las mismas armas que nos desempoderan, prefiero cambiar la visión de mí mismo y alcanzar la máxima altura posible para que otros vean que es posible el propio amor…, ese que por rebalse inundará al mundo. Eso es poder, el verdadero poder al que temen los que tienen las riendas de la conciencia colectiva.

Yo no amo al mundo como a algo externo a mi experiencia, yo no parto por amar a quien sufre, porque todos y todo son mi propia experiencia. Si yo vibro alto, en esa energía creadora que es el amor, el mundo habrá dado un salto importante hacia su libertad. La rebelión parte aquí dentro, y es más un sentir que un concepto; es cuando puedes permitir la conciencia de que nada tienes que hacer para que el amor bulla en ti. La conciencia planetaria todavía se mueve en creer que el hacer afuera y permanentemente, nos llevará a crecer y a encontrarnos, ¿cómo se deben estar riendo en sus tumbas y en sus elegantes sillones, tantos seres humanos que jugaron y que aún pretenden jugar con nuestra capacidad de amar para hacernos creer que la vida está afuera antes que en nuestro corazón? Pero bueno, ¡se acabó!

Sentir antes de actuar, amar antes de dar…, esto es un estado, es una vibración. Sentirnos a nosotros mismos y amarnos a nosotros mismos, porque el mundo es nuestra creación, un espejo de nuestro estado interior. Este caminar se puede compartir como una experiencia que cada uno puede llegar a vivir, pero no se puede enseñar, ¡en hora buena! Porque se acabaron las escuelas de crecimiento interior y espiritualidad, las religiones que aunque creyeron liberar, o eso nos hacían creer, sometían. El ser humano es único en su experiencia y soberano en sus actos, por lo tanto la única forma de compartir que es posible rebelarse a tanta historia de poder de unos sobre otros, es con la valentía de ser uno mismo.Hacer lo que uno sienta es hacerse a uno mismo, sin normas ni estándares.

Hacer lo que se siente es volcarse al mundo desde un corazón hinchado de amor, no pensando más en la ruta a seguir, sino sólo caminar, porque habrá confianza en lo que uno verdaderamente es. Y esto muchas veces implica tocar el más profundo de los abismos que nos depara el salto al vacío de nuestro interior, donde lo único que nos queda es el amor por nosotros mismos como nunca antes pensamos que se podía amar.

El viaje que nos depara este tiempo de cambios interiores que están creando un nuevo mundo, ya no consiste en conquistar el cielo sino aterrizar con todas nuestras fuerzas y de una vez por todas. Vivir la tierra y todo lo que nos ofrece como la experiencia más divina conocida. Por eso me rebelo…, y siento, sólo siento y vivo, recupero mi experiencia como la conquista más preciada en la ruta de ser uno con la vida!

Y en este acto de rebelión voy siendo cada vez menos cosas de las que me fueron acorazando en la vida, con las que yo mismo creí protegerme. No tengo ni necesito ser algo para vivir pleno, es más, la tranquilidad llega a mi pecho cuando descubro que no tengo nada que hacer, que sólo soy el que soy, sin títulos, ni apellidos, ni propósitos.

¡Yo me rebelo…, siento y respiro!

Con amor.
Yo Soy Roberto.

Por Roberto Cabrera Olea / 22 de julio de 2009 / Chile
www.automaestria.ning.com / magomirdin@gmail.com

jueves, 18 de junio de 2009

LA MEJOR VACUNA ES NUESTRA CONCIENCIA

La estafa del miedo
La verdad es que no me sorprende la forma en que se ha enfrentado el tema de la gripe porcina. La verdad es que no me sorprende tanta algarabía inventada en torno a la posibilidad de una pandemia. La verdad es que no me sorprende tanto miedo en las personas porque aún creen que la vida no depende de sus acciones, sino de situaciones externas ajenas a su voluntad. La verdad es que agradezco la oportunidad a la que se nos enfrenta con tanta mentira…, la oportunidad de ver una verdad más grande tras la mayor estafa hecha a nuestra conciencia. Hasta me hace reír tanta ingenuidad de los mecanismos de poder que creen que esto será eterno y que se pueden seguir aferrando a sus sillones sometiendo al mundo con una ilusión tan gastada y podrida. Y me hace reír porque veo como se les agotan las armas esgrimidas por tantos miles de años…, están oxidadas, sin filo, sucias y quebradizas, al punto de dejar traslucir tan claramente que son de juguete.
Y sí, hay un mundo sumido en la incertidumbre producto de este engaño llamado miedo, pero no será por mucho tiempo más. El miedo es un constructo que somete, es una creencia ideada para hacernos sentir que tenemos una debilidad intrínseca que no nos permite ser soberanos en nuestras vidas, y que necesitamos de otros para que nos protejan de tanta aparente amenaza externa que deambula por el planeta. Es un juego de valores e ideas que no tiene otro propósito más que el de hacernos creer que el mundo está cada vez peor y que la belleza es un patrimonio cada vez más escaso. Pero ya han sido muchas eras humanas bajo esta conciencia, las suficientes como para desmantelar el engaño. Y este es el momento para hacerlo, y paradójicamente, los mismos mecanismos de poder y sus títeres, nos entregan las herramientas para hacerlo ya que están mostrando sus colmillos gastados, dejando entrever unas encías que no podrían sostener ni un diente de leche. Está muriendo la dinámica de las cadenas y los candados, pero no podemos esperar a que venga otro con la llave, está en cada uno de nosotros el poder de hacer desaparecer con nuestra magia la ilusión que aún nos aprisiona.

Todo es energía
Nuestra vida está construida en base a la creencia de que todo lo que nos rodea es algo que preexiste a nuestras acciones, es decir, que no tenemos nada que hacer con las circunstancias que vivimos y menos que podemos transformarlas en algo distinto si modificamos nuestro interior. El Universo, el planeta, la flora y la fauna, las personas que conocemos y las que no, y nosotros mismos, somos una manifestación energética que ha creído, por demasiado tiempo ya, en un juego donde el olvido del misterio de la vida y sus implicancias nos instala en la idea de que no somos dueños de nuestro presente y menos de nuestro futuro. Pero el hecho de que somos una energía en baja velocidad vibracional, es decir la materia, ya nos entrega el poder de comprender que todo es transformable y que nada es ni tan rígido ni tan duro como se nos ha hecho creer. La llave entonces, la vacuna ante todas estas armas de poder, está precisamente en hacer esta conciencia de que si somos energía materializada, podemos trabajarla para enfrentar cualquier circunstancia aparentemente amenazante con el sólo hecho de subir nuestra vibración energética. Esto es la magia, nuestra magia, que no es exclusiva de personas que estudian el tema de los prodigios de la ilusión, sino un derecho y un poder que tenemos en nuestro interior desde antes de nacer.
No hablo de nada extraño, ni de nada que no esté al alcance de cualquier persona que pisa este planeta, ya que la condición necesaria para haber llegado a crear un cuerpo físico es la conciencia de que es posible manifestar una esencia de energía en algo visible y palpable…, una conciencia que no todos recuerdan en este momento, por eso es que aún existe el miedo a lo que pueda suceder con todas estas enfermedades, guerras, calentamiento global, hambrunas, etc. Pero al mismo tiempo, es una conciencia que es capaz de surgir fácilmente en nuestro interior si sólo creemos que es posible.
¿Cómo hacemos reaparecer esta conciencia? Creyendo que es así, que somos esencialmente energía, y creyendo que podemos transformarla sintiéndola en nuestra piel. ¿Y cómo lo hacemos para transformar esta energía? Involucrando el sentir en nuestras acciones cotidianas dejando de estar en el permanente y desenfrenado ejercicio de la razón que es el caldo de cultivo del miedo. Volviendo a respirar como cuando éramos unos bebés, profundo, dándonos unos segundos para sentir nuestros pies en la tierra y para sentir que lo que nos rodea es parte de nosotros, involucrando el cuerpo entero en esta acción esencial e inconsciente, volviendo a darnos cuenta de que respiramos y de que en ese simple acto nos podremos encontrar con la paz y la confianza que nos piden a gritos ser parte de nuestra vida; así, nuestra energía se habrá elevado unos cuantos pasos hasta colocarnos en el lugar que nos corresponde dentro la creación…, el sitial del creador sin miedo a crear un mundo de amor. Sintiendo profundamente la verdad tras las cosas, sintiendo palpitar el corazón, se hará posible el destierro de la incertidumbre, ya que la presencia activa en el ahora nos hará entender este principio fundamental…, sin miedo no crearé miedo a mi alrededor, y sintiendo amor manifestaré sólo amor, porque como vibremos y sintamos en nuestro interior, crearemos en concordancia con eso a nuestro alrededor. Si seguimos creyendo el juego del miedo, seguiremos reproduciéndolo en el mundo. La verdad es que esto depende más de nosotros que de aquellas instancias de poder, que ellos sigan jugando su juego, que se sigan desgastando en su dinámica, pero ya no encontrarán tierra fértil para su semilla, ya que tú y yo nos habremos salido del tablero de juego. Se quedarán solos.

La mejor vacuna es nuestra conciencia
La mejor vacuna ante todas estas nuevas enfermedades del miedo, es nuestra capacidad de recuerdo. Recordar nuestra capacidad de autoamor, porque nosotros nos forjamos en el material que queramos. Recordando nuestro origen energético viviremos la vida que queramos. En definitiva, haciendo conciencia, dándonos cuenta de que nadie nos puede dañar si no lo permitimos. Ya basta de victimización y de entregarles el poder a otros que ni siquiera tienen un rostro para mostrar…, son cobardes e hijos del dolor y del drama…, ya no son dignos de tanta atención. Mientras menos los veamos, los recordemos y les demos existencia en nuestra vida, menos poder tendrán para seguir sometiendo nuestra conciencia. La conciencia también es energía transformable, y es lo mismo que cambiar un estado de ánimo en que modificamos la rabia en aceptación, la pena en alegría, y el miedo en confianza y paz. Seamos valientes y reconozcamos en nuestro corazón qué es lo que queremos proyectar para nuestra vida y la de los demás y creemos un nuevo sueño. Sólo depende de nosotros recobrar nuestro poder, uno que no le tema al poder del otro y no necesite frenarlo, ya que cada humano viviendo en este planeta, al saberse soberano, no temerá a ninguna amenaza porque ya no habrá ninguna. No necesitaremos quitarle nada a nadie porque lo tendremos todo en nuestro interior y nos regocijaremos en la alegría del otro que encontró su libertad…, tal cual la hemos alcanzado nosotros. Y quien sabe, después de que se les acabe el juego a todos estos porcinos porque no habrá nadie que juegue con ellos, podrán mirarse solitarios y verán el brillo de una alta energía a su alrededor digna de imitar…, autónoma e independiente…, y esa será la tuya.


Por Roberto Cabrera Olea / 18 de junio de 2009 / Chile
magomirdin@gmail.com / www.automaestria.ning.com

miércoles, 20 de mayo de 2009

Entrega Nº 13: EL CAMBIO DE CONCIENCIA ES UNA REVOLUCIÓN

Estamos siendo testigos de múltiples cambios a nuestro alrededor. Cambios climáticos, que trastocan nuestro entorno conocido y que generan, para algunos, catástrofes y desastres que cuesta abordar y comprender. Cambios en la forma en que se enfrentan los temas económicos, donde se ha desatado una crisis planetaria difícil de manejar y que deja a los entendidos sin mucho que pronosticar a futuro, sumiendo a las personas en una energía de incertidumbre y miedo. Pero principalmente, estamos frente a una serie de movimientos internos que posibilitan que estas transformaciones tengan lugar.

Es importante darse cuenta que todo lo que sucede a nuestro alrededor tiene su origen en estados internos del ser humano. Y esta afirmación está muy lejos de querer generar culpabilidad por cómo están las cosas, sino que lo que pretendo es crear una conciencia de responsabilidad, la que a fin de cuentas es la única forma de cambiar nuestra perspectiva de lo que es nuestra vida y la del planeta. La responsabilidad por nuestras vivencias nos instala lejos de la victimización, que es un estado de desempoderamiento y miedo, y que nos lleva a entregar el poder de nuestra vida a personas o circunstancias externas que nada pueden hacer si no somos nosotros quienes los llamemos a participar de nuestra vida, muchas veces, precisamente para encontrar aquel culpable que nos permita no hacernos cargo, como creadores, de nuestras penas y felicidades.

El cambio de conciencia al que aludo en este momento, consiste justamente en permitirnos entender, es decir ser conscientes, que la vida no es un constructo predeterminado de formas rígidas que nos toca enfrentar, sino el resultado de nuestros propios movimientos a partir de nuestras certezas, dudas, miedos, y creencias. Es decir, esta nueva conciencia consiste en soltar todo aquello conocido como verdad -que muchos buscan en libros y en maestros externos-, para lograr encontrar aquella verdad esencial, la que reside en nuestro corazón. Aquella verdad que nadie te puede contar y menos decir cómo es y en qué consiste. Esta nueva conciencia consiste en tener la valentía de creer en ti mismo antes que en cualquier otra cosa, porque en un corazón empoderado y libre de sesgos limitantes, se puede encontrar el reflejo puro de nuestro origen, se puede encontrar a Dios, no como ese ser lejano y que nos observa, sino como ese mar desde donde brotaron todas las gotas que en este momento vivimos en la Tierra, y que por venir de él, nacemos libres y creadores.

Este cambio de conciencia es verdaderamente una revolución, una que nos instala en la posibilidad de recordar quien somos y tomar la vida en nuestras manos, ya no con miedo, porque al dar el primer paso para amarnos incondicionalmente, lo único que saldrá del corazón será precisamente amor. Y una creación desde el amor y desde la conciencia de lo que es la vida, nada destructivo puede surgir.

La revolución que tenemos ante nuestros ojos, y que todos y cada uno está creando aunque no sean conscientes de ello, es la de lograr la libertad de ser en conciencia de amor. Eso es la automaestría. Dejar de sufrir, porque nadie te puede dañar ni puede generar circunstancias a tu alrededor que te hagan pasarlo mal; esto, porque al reconocerte como responsable de tus actos, cambiarás el prisma de visión de lo que es la realidad, alcanzando el sentientendimiento de que es un juego donde las piezas no son rígidas y donde el orden que les des es único, y el que tú quieras darle.

Es una revolución en la que cada ser humano irá comprendiéndose único y soberano. En ese estado nos iremos cubriendo sólo del amor que nos dio vida. No del amor dependiente en que buscamos que otro nos nutra para ser felices, sino que del amor libre en que incluso el error, o todo aquello que aun catalogamos de negativo, dejará de serlo. Todo aquello que podemos ver y vivenciar en nuestra existencia tiene un origen divino y ya es hora de recordarlo, y no porque haya un dios que lo haya creado, sino porque un humano le dio vida. Y porque el humano es divino por derecho de nacimiento, tiene ese don mágico de la creación a su disposición. Lo que nos ha sucedido es que al olvidar que eso es lo que somos, nuestras creaciones parecen independientes a nuestros actos y van respondiendo principalmente al miedo, que surge de nuestra mente, a que esas creaciones que conocemos y que nos dan tranquilidad al vivir, no dejen nunca de estar para no encontrarnos con el vacío que creemos tener en nuestro interior. Somos todo amor y ya le hemos creído demasiado tiempo al juego de la dependencia. Esta revolución nos permite recordar el guerrero que somos todos, aquel que vino a poner los puntos sobre las ies para decirle a todos aquellos que aun creen en el sometimiento, que su tiempo acabó. Decirles que nuestras armas son infinitamente más poderosas que las que han esgrimido hasta nuestros días, porque son instrumentos de amor y conciencia, que no destruyen sino que edifican y transforman. Y eso es una de las cosas a las que más temen estos señores, la transformación. Y la mala noticia para ellos, es que esta transformación ya está en curso y no hay vuelta atrás. La historia humana no podrá seguir escribiéndose de la misma manera, ¡en hora buena!

Es por eso que podemos decir con certeza, por ejemplo, que todos los cambios dramáticos que podemos ver a nuestro alrededor, no son más que el resultado del choque entre esa vieja energía de sometimiento y la nueva energía de la libertad y la conciencia de amor. Si soltamos el miedo a lo que vendrá y nos centramos en lo que llevamos dentro y en lo que somos por dentro, todo suceso, por terrible que se nos muestre, no es más que la oportunidad de sintonizar con la conciencia de cambio y enrolarnos en esta revolución.

Sólo habrá que permitir el cambio, dejar que la energía fluya y no detenerla con nuestros temores de que todo se acabará o de que estamos ante el peor momento de la historia. Puedo decirles con todo mi amor, que es todo lo contrario, que estamos siendo testigos y creadores del momento más maravilloso que la humanidad podría haber experienciado. El momento en que ya no necesitemos competir entre nosotros para alcanzar plenitud, en que nuestras sonrisas, en tanto reflejo de nuestro interior en amor, sean el catalizador de la energía amorosa que nos dio vida para que el planeta y nuestra forma de vida toquen definitivamente ese estado mágico, luminoso, empoderado, soberano y sin miedo que por naturaleza nos pertenece. Esas sonrisas que ya podemos ir dando, ese canto ante la belleza de la vida en todas sus formas, es la voz del despertar en conciencia, es la voz del amor a ti mismo tal cual eres hoy, con tus dificultades, con tus miedos, con tus dudas, porque en aquello que aparenta ser tan negativo en nosotros también brilla un creador, uno que aun duerme, pero que está pronto a despertar.

Pero nadie te despertará, eso es parte de esta revolución, nadie te dirá has esto o aquello, porque no hay recetas para este momento, no hay normas –justamente las estamos dejando atrás-, no hay técnica que valga si no existe primero ese amor incondicional por ti mismo. Muchas veces creemos amar al poner nuestras buenas intenciones en otros o en el mundo, pero no nos damos cuenta que esas buenas intenciones también están condicionadas, también surgen de nuestra necesidad a que se nos devuelva amor, o a que el mundo esté bien para tener un lugar donde vivir…, eso es sobrevivenvia, eso es miedo, y hay que decirlo por su nombre. El verdadero amor ante todo es el que te puedes dar a ti mismo, para que por rebalse inunde al mundo. Es un círculo de reacciones: yo amo hasta vaciarme y pido que ese otro a quien amé me devuelva ese amor para volver a llenarme, ese es el origen de todos nuestros dramas. Este nuevo tiempo es sin condiciones, sin definiciones, es sin proyecciones…, a la larga iremos notando cómo nuestra energía libre de temores y brillando en puro amor, es la clave para que todos lleguen a conectar por sí mismos con su propio amor. De esta manera nadie podrá culpar a nadie de sus problemas y sólo quedará mirarse el ombligo, para que en honestidad, podamos decir si realmente queremos ser libres.

Para que una revolución sea, se necesita determinación, fuerza, libertad interior, valentía, pero principalmente amor. Un revolucionario sólo alberga amor en su corazón, ese amor que le dice que hasta el más temido error, pero hecho con pasión, es el acto más glorioso que pueda crear…, porque es único y soberano, sin pauta. Aquel que es fiel a su corazón antes que a formas establecidas de acción, es quien prevalecerá.

La nueva energía que se está instalando en nuestro corazón, en nuestra conciencia y en nuestro planeta, no responde a proyecciones. No puede siquiera ser definida, porque no es lineal, porque fluye desde múltiples dimensiones hasta nuestra Tierra, y la revolución no se está dando en el cielo, sino bajo nuestros pies, en nuestro planeta.

Este cambio revolucionario de conciencia nos abre la puerta al cambio permanente. Es un estado de vida en que no sabremos qué viene en el segundo después de nuestra conciencia. Lograremos despegarnos de lo establecido como real para crear maravillosos y mágicos mundos de no saber, sino de sentir…, y eso requiere cojones y entrega total en confianza ante la vida, creyendo en que al soltar el control y los miedos de no saber qué vendrá, se mostrará la abundancia de la vida.

Un revolucionario tiene cojones y está hecho de amor, un guerrero como tú y como yo, lo digo con certeza y confianza, porque de lo contrario, no estaríamos hablando, tú y yo, en este momento.

Con amor.
Yo Soy Roberto.

Por Roberto Cabrera Olea / 20 de mayo de 2009 / Chile
http://www.automaestria.ning.com/

lunes, 13 de abril de 2009

Entrega Nº 12: LA VERDAD ES LA VERDAD..., Y NO HAY MÁS!

Queridos amigos.
El verdadero amor es la más bella locura, y muchas veces, aparenta una enorme incoherencia. Bendita incoherencia la que nos mueve hacia la verdad más sentida y menos comprendida, como lo puede ser entregar nuestra propia vida a un camino superior, antes que al camino de lo establecido como lo permitido o lo lógico.

***

Cuántas veces me he preguntado qué estoy haciendo, a dónde voy o qué quiero de la vida, y la única respuesta que puedo darme, una que valga, no es ni una palabra ni un concepto, sólo es un sentir al que me entrego a veces en llanto y otras en tranquilidad…, sólo sé que es una respuesta sentida que debo seguir, un sentir al que no me puedo negar, un amor más allá de lo explicable, una fuerza que es capaz de mover todo. Es la fuerza de un amor que me dice que debo buscar mi vida, imaginarla y crearla, antes que dejar que sólo suceda. Es algo a lo que si me niego me mata por dentro, asfixiándome. Es un amor que trasciende toda razón y toda forma conocida, y que incluso me mueve a la renuncia, y al permanente cambio de mi mismo porque los pasos que quiero dar, los que el corazón me señala, así lo requieren para trazar un destino mágico y espléndido para todos. Así lo quise, es lo que quiso escuchar mi alma.

A veces en el camino de recordar la verdad se siente dolor.Oh dolor! cómo nos enseñas a descubrirnos poetas, magos y guerreros, dispuestos al amor y a la verdad, a la fuerza y a la voluntad, a la creación, a la valentía y a la libertad.

***

Les hablo de la verdad que habita en el corazón, aquella que no encontraremos a menos que nos entreguemos sin miedo a nuestro sentir más vital, más puro…, ese sentir que nos dio vida y que nos invitó a venir a transitar esta ruta nunca antes transitada en la Tierra. La ruta del amor fuerte y empoderado, certero, y sin un referente más que la paz que nos conecta con el palpitar de la tierra y nos comunica el siguiente paso a dar, que insisto, nunca antes se ha dado.

La verdad, esta verdad a reconocer, ni siquiera se refiere a la que nuestro hermano Jesús pudo predicar. No son sus palabras ni lo que escrito está sobre su vida y su obra. Sino que se trata de la verdad que siente nuestro corazón al recordar su nombre y recordar su entrega. Nada más! Nada más que eso se requiere para caminar libres. Porque precisamente ese era el mensaje de nuestro hermano, la libertad de espíritu, de corazón y de mente. Pero la propia libertad, no la que pretenden hacernos creer todavía los espíritus miedosos que gobiernan la espiritualidad y los corazones de la mayoría en este planeta. La libertad que reside en la verdad es más que un rezo o un dogma, es mucho más que la conexión que nos ofrecen las religiones absurdas que aún creen en el poder de unos sobre otros y en el sometimiento a un Dios que pretenden conocer más nadie. Ya sabemos que no es esa la verdad, entonces rompamos esas cadenas, que aunque las podamos entender aún nos gobiernan en nuestros actos cotidianos; desde cómo debemos comportarnos ante la sociedad hasta cómo nos visualizamos a nosotros mismos en nuestra intimidad. Aún creemos que nos falta algo, y en este punto, no vale nada más que nuestra propia honestidad. Reconocernos en esta miseria de espíritu para renacer en nuestra Luz, que no es otra que la propia verdad más grande y única que vibra en Todo lo que Es.

La libertad que reside en la verdad, aquella que el mismo Jesús vivió en carne propia, no es el espejo del débil, sino de la fortaleza de un Dios; esta verdad no refleja la duda sino la sabiduría de un alma que comienza a recordar quien en verdad es; no es la imagen de la lástima por uno mismo o por los demás, sino del amor incondicional que nos dice que todo ser que pisa esta tierra tiene el derecho a ser feliz y digno en su condición divina; esta verdad no representa la fealdad ni la maldad que creemos tener en nuestro interior –honestidad, mi amigo-, sino que representa aquel bello ojo que ve más allá de la ilusión y comprende la belleza de todo acto humano, donde el error no es más que experiencia de un alma libre y apasionada, y no el camino equivocado de un alma descarriada…

La verdad que reside en nuestros poros, pero que aún debe ser recordada, es de quienes se atreven a amarse tan profundamente como si abrazaran a un ángel…, como si abrazaran a un demonio.

Mis amigos queridos, no hay más que la verdad, no hay más que tu reencuentro, no hay más que el viento que sopla en tu cara, no hay más que el agua que moja tus pies, no hay más que el sabor de un alimento, no hay más que la sal de tu sudor, no hay más que el llanto en tus mejillas, no hay más que el honor de ser quien eres, tranquilo, con certezas y feliz. No hay más que el camino de encuentro de la libertad que reside en la verdad, no hay más que el ejemplo de una vida ofrecida al amor universal. Y no te quedes en las palabras que estás viendo, cómetelas como sensaciones de pureza. No hay más que la ruta de desaciertos y caídas para encontrar la verdad. No hay más que el grito de dolor antes de ver la luz que brilla en tu interior…, qué maravillosa experiencia es esta vida de altos y bajos, de luces y sombras, porque en ella podremos entender que morir en el amor es la vida completa, y que la vida concertada es la muerte inconsciente. No más!

Desde mi corazón te digo mi amigo que este es mi sueño despierto:
Que la libertad que reside en la verdad será un total salto al vacío, sin temor a que suene tu caída, sin miedo a molestar a quien duerme todavía.

Que tus pasos sonarán firmes en la tierra y serán escuchados en todas partes. De eso se trata, de APARECER A LA VIDA, de que tu existencia resuene en los oídos y corazones de todos los demás que aún no escuchan.

Que tus pisadas remecerán el suelo de quienes no se atreven aún a caminar, para que comiencen a dar sus propios pasos.

Que el sudor que brotará de tu movimiento en libertad, mojará los rostros y los cuerpos de toda la humanidad para despertarla.

Que tu camino será único y soberano, en automaestría, porque tu corazón es libre…, tendrás el valor de escucharlo, esa es tu única misión. Y gritarás, gritarás como nunca tu libertad que es tu derecho divino a algo más sublime. No más miedo a vivir, ya morirás a ese temor.

Mi buen amigo, la verdad es la verdad…, y no hay más! Y es toda tuya.
Con amor.
Yo Soy Roberto.

Por Roberto Cabrera Olea / 13 de abril de 2009 / Chileno en Buenos Aires.
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lunes, 23 de marzo de 2009

Entrega Nº 11: DESACRALIZAR EL CRECIMIENTO INTERIOR

Queridos amigos.
En nuestra ruta hacia el encuentro de nuestra esencia y de nuestra conexión con la Fuente y la verdad, muchas veces caemos en aferrarnos en formas establecidas casi como recetas que nos garantizan dicho contacto y crecimiento. No digo que nos aporten en ello, pero de alguna forma nos mantienen en la energía del tutelaje y en la sensación de que hay una forma mejor que otra para alcanzar despertar y conciencia. Al mismo tiempo, caemos en creer que si nos saltamos una parte de esa forma o receta, no estamos conectándonos bien o no se cumplirá nuestro objetivo.

Sin duda que estas formas nos sirvieron por muchos años de nuestra historia para encontrar nuestra espiritualidad a veces tan escondida, porque en esos tiempos la vibración de la Tierra y de la conciencia humana no estaba tan alta ni tan cerca del cielo como lo está hoy. Hoy, estos tiempos de maravillosos cambios ya nos han instalado a un estirar la mano de alcanzar nuestra verdad esencial, nuestra espiritualidad, a partir de un crecimiento interior que no necesita ser difícil ni complicado, y no necesariamente tiene que traernos dolor…, ya que eso es parte también de antiguas creencias.

Una de las trampas que se nos ponemos en frente al creer tanto en las formas de los rituales o ceremonias, o las formas de hablar con Dios o con nuestros guías, en definitiva de ligarnos al cielo, es la de sacralizar ese espacio de conexión. Me refiero, a sentir que esos actos de conexión nos vincularán con algo que está lejos de nosotros, y más que eso, que ese algo es mejor que nosotros…, lo sagrado. Y lo sagrado considerado como una experiencia que no se encuentra en lo cotidiano sino sólo en esas formas y concepciones de lo que es divino y humano como partes separadas y que necesitan de un gran trabajo para volver a ser unidos.

Bien, este tiempo en que se apela a la automaestría de cada uno de nosotros para liberarnos del sueño del olvido y reconquistar nuestro empoderamiento, nos abre la puerta a creer en algo mucho más valioso, conocido pero olvidado, cercano y propio, antes que seguir poniendo nuestra conciencia y nuestro amor en circunstancias externas que a larga, paradójicamente, nos debilitan. ¿Por qué? Porque esas recetas o formas nos muestran un camino que no necesariamente es nuestro ya que cada uno es único, realizando un viaje único. De esta manera, cada duda sobre cómo hacer las cosas se resuelve con el caramelo de la guía externa que supuestamente nos garantiza una ruta segura hacia Dios. Oh paradoja, si ya todos sabemos que somos Dios en acción en la Tierra, y que más allá del cliché, somos todo el universo en acción desde la carne, ¿porqué entonces seguimos buscando esa guía externa y la forma establecida y muchas veces añeja, para que nos diga quienes somos y cómo debemos actuar para encontrarnos con nosotros mismos? Nadie, mis queridos, sabe más que tú de ti mismo…, es imposible, ni siquiera los ángeles y los guías. Lo que ellos pueden mostrarnos es lo que nosotros hemos olvidado, pero está en nosotros recordarlo y retomar el poder en nuestras vidas, recordar nuestra maestría.

No reniego de la forma, ni de la disciplina, ni de los rituales…, pero quiero darles su justo lugar. Al final, lo que más vale es tu pasión por la acción en el ritual, y esa pasión de la acción consciente muchas veces se confunde con obediencia y adoración a lo que en ese ritual se está trabajando o invocando.

Desacralizar el crecimiento interior consiste en dejar de ver en este proceso tan natural de reconexión algo que no conocemos, y como dije antes, mejor que nosotros. La humanidad y la divinidad no están separadas, son uno en la conciencia…, pero han estado ilusoriamente separadas en la mente temerosa y desconfiada del humano que cree que es poca cosa o que le falta tanto por trabajar para alcanzar a Dios. Ya eres Dios simplemente por pisar esta Tierra y basta con dejar de ver como tan lejano a Dios, lo divino y lo sagrado para que lo puedas sentir en tus actos cotidianos. Esto se trata de conciencia más que cualquier otra cosa, y esto implica el recuerdo de quienes somos en verdad, y ya basta de mirar en menos nuestra experiencia terrenal, porque en ella encontraremos la plenitud de haber vuelto a tocar nuestro corazón con el amor que somos.

La vida en la Tierra nos invita a disfrutar del sentir…, a sentir placer siempre y por cualquier aparente pequeñez. Ya no culpa, sino responsabilidad; ya no juicio, sino conciencia; ya no dolor, sino amor…

Me encantan las paradojas, porque la vida está llena de ellas, es más, la vida misma es una paradoja ya que la nueva energía no es ni lineal ni se puede explicar como hemos aprendido a explicarnos las cosas. La nueva energía que sustenta esta nueva conciencia se siente y se vive, se experiencia. Y la paradoja final de estas que tanto me gustan porque me instalan en la incertidumbre que me lanza por un tobogán de sensaciones, consiste en que al desacralizar el crecimiento interior y las experiencias que conocemos para conectarnos con Dios, lograremos traer la pasión de vivir y de conectar con lo divino a cada acto cotidiano de nuestras vidas. Al reconocer que lo divino no está lejos como creíamos y que la energía de amor de la Fuente vibra en nuestro cuerpo siempre -aunque nos sintamos tan solos, malos o indignos-, todo acto tan común como lavarnos los dientes, o ponernos la ropa, nos puede trasladar al sentimiento de nuestro Dios interior. Sólo se trata de autoconciencia, de autoamor y de sabernos maravillosos dioses en un juego, para que la vida se transforme en un PLACER divino.

Deseando que disfrutes siempre de esta vida, que ya es sagrada y divina dentro de lo más pagano.
Con amor.
Yo Soy Roberto.

Por Roberto Cabrera Olea / 23 de marzo de 2009 / Santiago de Chile
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miércoles, 4 de marzo de 2009

Entrega Nº 10: LA VERDAD RESIDE EN ACTUAR DESDE EL CORAZÓN

Queridos.
No hay mayor prisión que tratar toda una vida de actuar “bien” o “como se debe”, porque en ese intento no muestras nada, no te muestras a ti mismo, te ocultas aferrado a la imposible proyección de no ser amado, y eso…, eso es la muerte, pero aquella muerte inconsciente, aquella en que no se sabe que se está muerto y donde creemos que estamos vivos.

Nadie niega que se vive en la vida durante mucho tiempo en ese estado de aletargamiento, y que en algún momento se puede despertar…, es nuestro anhelo; pero es importante reconocer cómo nos aferramos al miedo a actuar en verdad, desde el corazón, porque de una u otra manera nos es más fácil negarnos y obedecer dictámenes que nos dicen que si nos ocultamos, que si dejamos para otro momento nuestra aparición en el mundo tal cual somos, tendremos la oportunidad de ser amados como creemos necesitarlo, esperando siempre que un externo, que otro que no somos nosotros mismos, nos entregue esa aprobación que significa a la larga ese cariño que creemos no tener en nuestro interior.

Vivir en verdad -escuchando y dejando que el corazón se exprese, y sin juicios a priori porque las normas nos enseñaron a actuar criticándonos- es ahora o nunca. Vivir en verdad es actuar desde el amor que reside en nuestro corazón, ya que en él no hay bueno ni malo, sólo hay un ser de luz que quiso conocer la experiencia de ser carne en un mundo de formas y olvido… El amor por uno mismo comienza a mostrársenos como la única forma de encontrar la verdad tan anhelada. La verdad que ya no encontraremos ni en los libros sagrados, ni en la súplica a un Dios visto como ese ente que nos mira desde lejos y desde afuera. Esa verdad tiene un único recipiente que tiene todo escrito y sin necesidad de palabras; ese recipiente que tanto criticamos, que tanto juzgamos, que tanto negamos deteriorándolo hasta la enfermedad, que tanto nos cuesta amar; ese recipiente que oculta esa verdad única y divina es quien lee y quien escribe, es nuestro acto más allá de la razón, es nuestro cuerpo de carne que manifiesta el espíritu, es el alma única e irrepetible que decidió venir a vivir en plenitud esta vida logrando transformar el sueño del olvido en vida plena, consciente y feliz. Ese recipiente que contiene la verdad más alta que por eones la mente humana a buscado conquistar tiene tu nombre, en la aparente imperfección en la que crees encontrarte, e incluso en la incredulidad por estas palabras…, la duda muchas veces nos lleva al encuentro de la certeza porque le creemos tanto o más que a nosotros mismos. Si tan sólo creyésemos de la misma forma en nuestras intuiciones, en nuestro susurro que emana del corazón, no me creerías loco y no sentirías que te falta tanto para alcanzar el despertar. Ahora ya eres perfecto si así lo crees, y si te equivocas o dudas como sé que lo estás haciendo, pues bien, equivócate y duda con todas tus fuerzas para que sea el error más grande y mejor cometido de tu vida; y ese error hecho con ganas y sin miedo a errar te mostrará la verdad, porque hasta ese error nacido desde la pasión de ser te puede develar a Dios…, ya te podrás ver a la cara sin temor a reconocer tu esencia, ni bueno ni malo, tan sólo tú.

¿Verás oscuridad? Sin duda, porque Dios no tiene cara ni sello, sólo es, y reconocerás en esa oscuridad un tesoro de luz oculta, sólo verás el revés creado por la mente…, verás a fin de cuentas que no hay distinciones verdaderas entre esa luz y esa oscuridad, verás algo amable incondicionalmente.

Serás libre de una vez por todas. Más que pensar en sanar, en aprender, en crecer, en alcanzar la conciencia ampliada, y en meterte más conocimientos antes que conquistar sabiduría, lograrás estar en el mismo acto de ser fuera de tu prisión, lograrás sacudirte de tanto prejuicio y recién conocerás el verdadero amor que siempre has estado buscando, el único amor que te llevará a la verdad de ser, ese amor que sólo te puedes dar tu mismo y que te instalará ante tus propias respuestas. Eso es ante todo la automaestría: la libertad de ser en conciencia de amor. Ya que sabrás de ti, ya que no estarás dormido, te conocerás, no te negarás, y caminarás libre, perfecto en tu imperfección, perfecto en tu error apasionado, perfecto y poderoso como lo es Dios porque él no se juzga, ese no es su juego, y ya es tiempo que nosotros nos salgamos del juego del miedo a ser libres, para ser quienes somos plenos, para ser tú mismo.

No podemos pretender alcanzar la conciencia de la verdad si no nos exploramos y no nos dejamos aparecer tal cual somos. El misterio a develar y que se mostrará como esa verdad última, sólo reside en tu corazón y en el amor de permitirle expresarse libre, sonriente y feliz. En definitiva, la verdad es mucho más que un conocimiento, es el acto de un ser libre que pisa la Tierra sin miedo a ser.

Con amor.
Yo Soy Roberto.

Por Roberto Cabrera Olea / 4 de marzo de 2009 / Santiago de Chile
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lunes, 2 de febrero de 2009

Entrega Nº 9: SOBRE LA LIBERTAD Y EL SENTIDO DE VIDA

Amados compañeros de viaje.
Es verano en mi corazón, es verano en las calles de Santiago y parece que todo el calor y la luz del sol reflejan esta sensación de apertura y expansión que siento en mi interior. Es tiempo de ABRIR las compuertas del miedo para conocer la propia esencia, es el año de concretar y manifestar aquello por lo que tanto hemos trabajado en nuestras vidas, trabajo que un día fueron lágrimas, angustias, incertidumbres, pero que ahora pueden transformarse en risa, certeza, confianza, y ya no en un trabajo, sino en un disfrute y en un placer…, en un juego. Es tiempo de ser LIBRES.

Quiero que seamos conscientes de que este diálogo que hemos entablado desde hace unos meses, es de humano a humano, yo les escribo y ustedes leen, y cuando leen van creando un nuevo texto, un nuevo contexto para llevar las palabras escritas a su vida diaria. Es magia creadora entre humanos divinos, seamos conscientes o no de ello, la creación ES, y la vida se transforma en este “hablarnos” a través del papel. Un humano, eso soy yo, un Ser que hizo carne su esencia para vivir en la forma y la materia junto a tantos hermanos y hermanas que quisieron venir a acompañarme en este vertiginoso viaje del olvido. Y aquí me detengo, hago un silencio… ¿en verdad olvidé? ¿en verdad olvidaste quién eres? Creo en lo más profundo de mi ser que ni tú ni yo hemos olvidado nuestra verdad primordial, creo que sabes y sé en qué consiste este juego de creer en la ilusión, en la soledad y en el desempoderamiento: para maravillarnos en el encuentro de nuestro Ser; tan simple es, que me sonrío tiernamente al tocar mi piel y sentir cómo vibra, porque esa carne que soy ahora es como el perfume de una flor que al olerlo me recuerda dicha flor. No importa la distancia a la que esté esa flor, ese olor me lleva a viajar hasta verla y regocijarme en sus colores y su forma. Soy y eres el perfume de una flor única que crece y embellece el cosmos. Eses es el sentido (si es que lo hay) de todo este viaje, olvidar, recordar, encontrar y TRAER definitivamente esa esencia, esa flor, a la propia vida de la forma en la Tierra…, traer el Cielo a la Tierra. Y no como un gran proyecto a concretar que muchas veces puede pesarnos en nuestras espaldas, sino como la mínima tarea de “bajar” tu esencia solar, única e irrepetible, a tu vida cotidiana. Después, luego del recuerdo de quién eres, viene la LIBERTAD.

La libertad es la meta de nuestra vida y eso implica muchas cosas bastante menos abstractas que pensar en qué consiste la libertad o proyectar un mundo entero viviendo de determinada manera. Implica algo mucho más concreto, ser consciente de cómo has vivido hasta ahora y comenzar a hacer algo distinto desde hoy… Desde por qué te lavas los dientes hasta por qué trabajas. ¿Opción o estar atrapado? Uno puede estar atrapado de muchas formas, incluso en no poder soltar el mensaje de tal o cual Maestro ascendido porque ese mensaje me da alguna certeza. ¿Qué hay detrás de tus actos? ¿Qué hay detrás de tus decisiones? Y ojo, si es que realmente las tomas.

Todo esto que estamos conversando y creando juntos es para llevarte a tu interior, adentro de tu cuerpo, a ese espacio en que sólo estás tú y nadie más que tú. Sintiente más que pensante. Llevarte a ese espacio donde prima el lenguaje del corazón más que el de la mente, para llegar a comprender que las palabras que dice uno y otro (corazón y mente) son distintas para denominar las mismas cosas. Donde las catástrofes naturales y las guerras pueden ser el fin de nuestra existencia o la más maravillosa transformación que vive nuestro planeta y nuestra conciencia. Ese espacio sin miedo y donde sólo puedes hablarte de confianza y amor. ¿Para qué este introducirte tan adentro? Para ver el mundo de “afuera” tal cual es, en su verdad, en su esencia, para que la risa brote sin querer de tu boca y para que tu cuerpo hermoso vibre en el pulsar de la Fuente, en el pulsar del cosmos. En ese espacio, en esa vibración sólo hay libertad. Y este es el tiempo de conquistarla y de abrazarla sin miedo, porque si somos honestos podremos ver el temor que hay a ser libres, a aparecer. No le tememos a la esclavitud, tememos principalmente a soltar nuestras amarras. Respira profundo, querido hermano, y siente esa libertad que está más cerca que nunca, porque este es el tiempo de escuchar tu propio mensaje, ese que no se parece a ningún otro, pero que se sustenta en el amor universal. Es tiempo de soltar la creencia de que un cristal, una técnica de sanación, etc. tienen más poder que tú para transformar las condiciones de vida que elegiste vivir. Es tiempo de dejar de creer que un Maestro que sólo es energía puede delinear tu camino mejor que lo que lo harías tú mismo; él sólo guía, pero no decide, eso te corresponde a ti. El cristal, la técnica y el Maestro tienen el poder que tú mismo le das, es decir, si son tan poderosos y sabios es porque tú les diste esas facultades, entonces, ¿de dónde viene ese poder y esa sabiduría? SON TUYAS. Y tú eres un catalizador de la energía de amor universal, con técnica o sin ella, sólo date el valor de creerlo y algo nuevo sucederá, algo que yo no conozco porque no es mi historia, es tuya, como dije antes, única e irrepetible.

Es tiempo de creer en nuestro propio mensaje y de soltar los tutelajes, y ojo, nadie dice que deseches nada, sino que en tu experiencia te incluyas a ti mismo como el principal factor de cambio. En ese momento es cuando un verdadero sentido de vida comienza a tomar forma, un sentido que sólo tú entiendes y que si nace desde tu corazón llegará a conjugarse con otros sentidos de vida, porque el amor los creó.

Ahora, el miedo a veces lo inunda todo y nubla nuestra vista interior para dar paso a la indecisión y a la creencia de que las otras formas impuestas de vida son más adecuadas de seguir que el propio corazón. Eso es natural, y tú ya lo sabes, pero una vez sobrepasado el necesario tiempo del llanto, del dolor, del drama, de la soledad y de la negación, viene este nuevo tiempo en que las formas se desdibujan frente a tus narices, como esperando a que les des una nueva forma, la tuya, la que tú quieras. La ilusión se arrodilla a los pies del maestro que eres para entregarse a este nuevo juego de empoderamiento y creación consciente. Se entrega a la magia amorosa de quien vino valientemente a vivir esta nueva era de transformación. Se entrega ante Dios.

De esta manera todo pierde la antigua definición impuesta por otros para someterte, pero más aún, ante esa definición que tú mismo te creíste como verdadera. Lo importante es entender que la ilusión llegó a ser verdad porque tú mismo quisiste que así fuera. Entonces, es el tiempo sin definición y sin tutela. Es el tiempo de que el sentido de tu vida sólo aparezca ante tus ojos como la cosa más íntima y secreta que tengas para desde allí vivir…, y eso sólo puede suceder cuando te entregues a tu LIBERTAD. Cuando ya no dudes de quién eres, cuando no te juzgues más, cuando más allá del entendimiento mental y conceptual de la vida, comience a primar el sentientendimiento de lo que es nuestra existencia. Tu eres primero que todo Dios, luego un ángel tal vez, puede que en esa escala luego seas el mismo Maestro que te habla en sus escritos o en tu corazón, y finalmente, pero principalmente, eres un Humano. ¡Qué valiente Ser! Me honra entregarme a este juego en que crees que yo te escribo, jajajaja, porque sé que lo que estás leyendo lo has creado tú mismo. Honrado me siento!!!!! Y agradecido de estar en tu viaje como el que juega el juego de quien te recuerda quien eres. Gracias por lo que me entregas, pero esto lo has hecho tú.

Lo que lograrás traer mi querido es tu Verdad, y allí nadie, pero por favor escucha, nadie puede interferir, nadie puede moldear, nadie puede decir: “esto está bien o esto está mal”, porque nadie que no esté en el amor podrá comprender el origen de tus lógicas o los movimientos que hagas en tu vida; porque si alguien está en el amor no necesitará intervenir en tu vida. Serás libre, y consciente de tus actos. Así, cualquier cosa perderá el antiguo significado para resignificarse, o para simplemente no volver a tenerlo. Todo lo aparentemente malo tendrá otro sentido, así como lo aparentemente bueno. Nada será igual, ¡en hora buena!

Valiente ser humano, a ti te hablo, para ser libre y conquistar un nuevo sentido de vida, hay que dar paso a la muerte. La vida se conquista cuando pierdes el miedo a vivirla, porque en ese estado nada te amenaza, nada te arremete, nada te limita…, has dejado que la vida como la conoces se te esfume entre los dedos para dar paso a algo nuevo, una vida consciente y sentida. ¿De qué podrías temer estando muerto? Al permitir que ese antigua manifestación de tu ser se vaya con la vieja energía que ya nos deja, lograrás vivir sin más temor y sin la tensión de no saber cómo será el día de mañana, o cómo esta crisis planetaria no te afecte en tu vida o a los que quieres. Comprenderás que todo está en orden y te entregarás a ello… ¿por qué? Porque viviendo en la muerte de tus concepciones mentales, ya nada te puede matar, ya nada puede dejar de amarte o de aceptarte, ya que habrás abrazado al Dios que eres, y él es sólo amor.

La vida no tiene un sentido único ni predeterminado. La vida ES lo que tú quieres que sea, y sólo podrás darle un sentido verdadero a tu experiencia cuando la libertad te bañe…, cuando seas la libertad hecha carne.

La libertad, a fin de cuentas, es atreverte a amarte incondicionalmente y amar al mundo con todos sus seres (incluidos los “malos de la película”). Y el amor incondicional no juega un rol, no encarna un papel, EL AMOR ES UNO. En verdad, más allá de la ilusión, no existe el amor de pareja, el amor de médico a paciente, el amor de madre a hijo, el amor de amigos. En verdad, el amor no puede diferenciarse, no puede definirse, el amor es la energía que nos dio vida y que nos mueve. Lo demás es el conocido temor al riesgo de salirnos de un rol que hemos querido actuar. En ese estado de temor tememos desfigurarnos y expresarnos en el amor primordial por el riesgo que existe a que nos desconozcan, a dejar de ser quién dijimos ser o quién quieren los demás que seamos; en ese rol todo está claro, sabemos qué hacer en tal o cual circunstancia, y no podemos salirnos de ese papel, porque sería raro, inapropiado. AMAR, esa es la última libertad a alcanzar, amar sin trabas ni certificados, sólo amar por amar y ser fieles a lo que en esencia somos: un ser de amor. Un ser de amor dispuesto a recobrar la CONCIENCIA DE AMOR que lo trajo a la Tierra, que le permitió existir.

Ya llegando al final de esta co-creación en palabras, puedo decirte con certeza que es ese amor, esa libertad, ese sentido de vida sin definición lo que hará la diferencia. Sin gritar, sin obligar a otro a sentir nada o a creer que esto es lo mejor; sólo viviendo libres, enamorados permanentemente, el mundo será aquella promesa cumplida, ese paraíso de la forma que huele a flor.

Por mi parte, si no creo en que cuando sea viejo mi mundo será otro, nada de esto tendría sentido. Mejor no defino un mundo, mejor no le busco un sentido a la vida…, MEJOR LA VIVO HOY. Ese es mi triunfo, el que has escrito hoy conmigo, es decir, nuestro triunfo.

Te lo dice un Humano que se ama y que ya ha muerto…, y que por eso VIVE.
Te abrazo oliendo tu perfume a Dios.
Yo Soy Roberto.

Por Roberto Cabrera Olea / 2 de febrero de 2009 / Santiago de Chile
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martes, 13 de enero de 2009

Entrega Nº 8: EL RENACIMIENTO INTERIOR Y SU EXTRAÑEZA

Amigos queridos.
Decir que les hablo desde el corazón se me hace poco. Todo en este momento me empuja a expulsar lo que siento en todo mi cuerpo, en mi sentir. Mis pensamientos no tienen un orden, y mientras quiero darles uno, más me trabo en una forma que sólo limita mi expresión y mi actuar en el mundo.

Trato, trato profundamente de funcionar como lo he venido haciendo por años, pero no puedo. Y trato tanto porque no puedo negar que me asusta la extrañeza que produce el darme cuenta que soy otro que el que fui ayer, y que el que se despertó esta mañana. Si no fuese por la confianza que tengo en la vida, en mi esencia que siento que nunca olvidé por completo, creería en las apariencias que me dicen que algo no está bien, que todo pierde sentido y que incluso no tengo ni ganas de construir algo nuevo, porque sólo quiero vivir sin proyectar; sólo hacer lo que siento en el instante que siento. Si no fuese por el amor profundo que tengo por la Tierra y toda la vida que la inunda, en especial por la Humanidad, podría llegar a creer que nada nuevo vale la pena y que sería mejor volver a lo que fui para no tener tanto miedo y no causar miedo a los que me rodean.

Es una tremenda extrañeza de mi mismo que sólo me permito vivir y dejar que sea por el amor y la confianza de sentirme una Luz. Es la tremenda extrañeza de ver a cada instante un mundo distinto porque yo mismo soy otro a cada instante…, como un nacimiento, como un parto en que soy quien nace y quien da a Luz. Soy la madre, el hijo y el padre que recibe.

Esto que les cuento es mi renacimiento, y creo que más que contárselos a ustedes me lo muestro a mí mismo como para creerlo, para valorarlo y confiar en que todo está bien.

Es una extraña alegría la que me acompaña. No sé. Soy el que soy y no sé quien soy…, pero tal vez ni quiero saberlo, sino sólo serlo. Esa idea me da paz y me permite crear y crearme a cada segundo como un nuevo nacimiento. Cada momento es distinto y no puedo ser el mismo porque ya soy otro, y ese otro que permito que aparezca siente más profundo, quiere otras cosas y tiene otras formas…, uf! Sólo es así.

Aaaahhhhh! Suelto lo que me aprieta el pecho, lo que me aprisiona cuando me niego a lo que estoy viviendo. Ahoga el resistirse a lo que uno es, pero reconozco y acepto mi humanidad creciendo y recordándose, no sin temor, no sin cansancio, no sin llanto. Me amo, y agradezco tenerlos para contárselos.

En fin, mis queridos, siento la necesidad de no limitarme más, de no detener el flujo que mi energía quiere tener, ni tampoco dejar de escuchar a la energía que a través del mundo me habla y me llama a moverme más de lo que he hecho. Cada uno tiene su forma y su camino, yo sólo quiero regalarles mi sentir para decirles que llega un momento en que el ocultarse duele y duele mucho, y que el único antídoto es la auto entrega de amor, es la paz de un silencio, es mirarte en las hojas de un árbol que mece el viento, es escribir, es pintar, es saludar al otro sin forma alguna, es abrazar cuando tienes ganas, es encontrarte en la mirada de los demás, es reconocerte luminoso y creer en ti mismo como nadie más podrá hacerlo nunca. Es poetizarte en cada acto, es ponerte música incidental para tu propia película y caminar en cámara lenta como lo hacen los héroes, como lo hacen los guerreros que irradian fuerza con su sola presencia. El único antídoto para ese dolor que provoca ocultarse, es descansar de tanta creencia y de tanta forma actuada por miedo a no ser dañado.

Renazco porque así lo quise, aunque no esperaba este movimiento que aparenta hasta locura. Aunque no esperaba ver tantos ojos de extrañeza en los demás (que a la final son los míos), aunque no esperaba sentir tan fuertemente la sensación de no saber vivir en el mundo como los otros lo hacen. Pero prefiero este vaivén a seguir actuando dormido, sin saber que actúo; porque sé que no dejaré de actuar en este mundo, pero quiero hacerlo en este sentir consciente, aunque me crean loco, aunque sea el raro, aunque me dejen de querer. A las finales, sino paso por este sentir de extrañeza al renacer, no lograré darme el único sostén que vale: mi propio amor. Después se verá, después iré creando una forma libre que me permita entrar y salir de la ilusión cuando yo quiera. Después lograré adecuarme para quienes lo necesiten, pero lo haré por amor no por esclavitud. Lo haré porque puedo entregar amor, ese amor que ya supe darme.

Vivo en un mundo, el que yo elegí vivir y que me fascina. Y honro mi presencia en él y la presencia de todos lo que se cruzan en mis pasos. Todo lo que les cuento no es por rechazo a nada, es por el deslumbramiento que me da el darme cuenta de que estoy vivo, y que muero a cada instante para nacer luego. Oh! Qué vida la que nos hemos querido dar, queridos hermanos míos; qué nostalgia me produce el sentir mi interior y sentir en él a Dios; pero qué mayor alegría siento en la conciencia de que en cada amanecer, en cada respiro que me da vida, en cada renacer segundo a segundo en esta Tierra y su forma, puedo tocar la presencia de ese Hogar que en un momento aparentó quedar atrás y estar lejos.

Puedo escuchar, oler, gustar, tocar y mirar, como ningún otro ser en el Universo puede hacerlo, porque estoy en la Tierra. Qué bendición, qué regalo, y qué amado me siento por renacer a la conciencia sentida, al sentientendimiento de que acá está Todo el Espíritu de Amor que me dio vida. Y no miro las estrellas para saberlo, no quiero escapar más…, no, ya no, sólo requiero de tocarme, olerme, escucharme, gustarme y mirarme, para en ese disfrute lograr aprender a hacerlo con los demás y encontrar sin más que eso a Dios. Porque así lo quise…

Bonus: Mientras escribía estas palabras que comparto con ustedes, salí un instante a la terraza de mi departamento y escucho que cantan el “cumpleaños feliz” a alguien en otra casa. Aaahh! Que felicidad, un coro de ángeles quiso recordarme el renacimiento (sentí compañía y menos extrañeza, porque quise escuchar en ese canto la confirmación de mi nacimiento).
Y a mí me habla el mundo.
Con todo lo cotidiano yo recibo las palabras que me quiero recordar de la esencia. Si no creo en eso estoy muerto, sino creo en las sincronías y en que todo está en orden, estoy muerto. Hablo de mí…, yo me comparto a ti en este momento, y yo.., yo estoy vivo.

Gracias por estar en este viaje conmigo.
Los abrazo sintiendo que en ese acto está todo.
Yo Soy Roberto.

Por Roberto Cabrera Olea / 13 de enero de 2009
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lunes, 5 de enero de 2009

Entrega Nº 7: ENERGÍA Y LA MAGIA DE LA CREACIÓN CONSCIENTE

Magos queridos.
Hoy quiero hablarles de la Energía y de nuestra capacidad innata de transformación y creación consciente y a voluntad de nuestra vida, a cada instante, en cada respiro.

Mmmmmmm!!!! Energía, que delicioso es pronunciar esta palabra; es suave, es fuerte y potente…, y es Amor, y como ya “conversamos” en el texto sobre el Amor, éste es Energía también. Por lo tanto, todo lo que nos rodea, sean cosas o circunstancias de vida, también es Energía en movimiento, viva, dinámica y fluyendo…, a veces más, a veces menos, pero siempre es Energía.

El principal objetivo de escribirles sobre este tema consiste en que vayamos reconociendo nuestra participación en el juego de la vida, como creadores conscientes o inconscientes, pero creadores siempre. Nuestra existencia, como sabe la mayoría de los que nos convocamos en estos espacios de compañía y crecimiento interior, no sólo abarca lo visible a nuestros ojos o lo tocable con nuestras manos y cuerpo, sino que trasciende a otros planos dimensionales de Ser. Por lo tanto, nos demos o no cuenta de cómo creamos nuestra vida, siempre lo hacemos. Las decisiones que vamos tomando día a día en lo cotidiano, así como la elección que hayamos hecho de los seres que nos acompañan como familia, también el propósito de nacer bajo tales circunstancias, ya sea en determinado país o hablando un determinado idioma, obviamente no sólo tienen que ver con el poder de nuestra mente encarnada, sino que nacen de nuestra esencia espiritual en tanto somos seres de Luz jugando el juego de la forma en esta Tierra. Y aquí, como parte del juego, se olvida dicha esencia y vamos creando un sinnúmero de condiciones que nos desempoderan y nos aturden por un tiempo…, aunque para algunos sea todo el tiempo de su vida; pero está bien, tal vez ese era el propósito, nunca recordar. Pero claramente todos los que nos estamos comunicando en este tiempo para crecer interiormente, optamos por el RECUERDO. Y ese recuerdo es la base de la creación consciente, entendiendo que la vida, como bien han dicho los budistas por milenios, es ilusión. ¿Y qué significa que la vida sea ilusión? Que su esencia primordial es la Energía de la que estamos hablando. Esta conciencia sentida, este sentientendimiento, para los mismos budistas, es la sabiduría que sustenta la Maestría.

Ahora bien, si se percataron, he comenzado esta entrega refiriéndome a ustedes como “Magos”, por la sencilla razón de que eso son: fantásticos y poderosos Magos, en vías de recordarlo y actuar en resonancia con ello. El Mago ha sido definido desde la antigüedad como un hombre o mujer sabio con poder de obrar, o sea de crear a voluntad. El origen de esta palabra es persa: Magusk, cuyo significado es justamente “sabio”. Si unimos la concepción del medio oriente que luego se desarrolló fuertemente en Europa, a la definición budista de lo que es la sabiduría, nos encontramos con que este hombre sabio conoce -o sea es consciente- que la vida es Energía y por lo tanto es susceptible de transformarse a voluntad.

Pues bien, todos los seres que habitamos la Tierra, al tener esa esencia Divina y creadora en nuestro ADN, llevamos con nosotros esa misma capacidad de crear a voluntad la vida que queramos vivir. Y para esto se hace necesario el RECUERDO que mencioné anteriormente, y dicho recuerdo se logra mirándonos a nosotros mismos reconociendo con Amor lo que somos, y aceptándolo, con lo aparentemente bueno y lo aparentemente malo…, reconociendo a la larga que esas distinciones duales en verdad nos existen, sino que sólo es Energía en movimiento.

Por ahora, es importante reconocer y aceptar nuestras circunstancias de vida tal cual son, con las limitaciones que nos llevan a no recordar desde el corazón (muy distinto a recordar con la mente y la razón), lo que nos ha instalado en la creación inconsciente de nuestra vida, llegando a creer incluso que tenemos mala suerte o que todo está contra nosotros, o que nada nos resulta, etc. Amando estas circunstancias que aparentemente son externas, podremos ir develando la verdad tras ellas para leer el propósito que nuestro Yo Divino puso allí. Una vez reconocida y recordada nuestra esencia, toda forma que tome la Energía a nuestro alrededor nos hablará de los Creadores que somos y podremos transformar aquellas formas que no nos acomode vivir…, y tal vez ya nada nos desacomode porque todo estará en orden en la conciencia de que es nuestra creación nacida desde el corazón. ¿Cuánto nos demoremos?, no importa, todo está en orden, nadie nos apura, no hay una fecha determinada para alcanzar el recuerdo de quienes somos, eso sólo es miedo de nuestra mente que nos lleva justamente a temer que no estamos a tiempo y que nos vamos a quedar abajo del tren. Y, oh paradoja! Olvidándonos de plazos y dejando de compararnos con otros, o sea amándonos, seremos los primeros en lograr nuestro asiento en el tren en este hermoso viaje. Así lograremos disfrutar del Aquí y el Ahora, que son la infinitud y la eternidad al mismo tiempo, instancias fundamentales para la creación consciente de nuestra vida, porque el tiempo y el espacio como los conocemos son sólo conceptos mentales…, en el Universo no existen. En definitiva estaremos en todas partes y en todo momento.

Actuar desde nuestra Verdad sentientendida se constituye en la base para Crear, o sea transformar la Energía de las cosas y las circunstancias a voluntad…, pero no olviden, para llegar a este estado lo primordial es el Amor, primero hacia ti mismo para que por rebalse inunde al Mundo. Ese Amor es la conciencia ampliada, es la sabiduría y la conexión con la Energía Universal.

A fin de cuentas, lo que alcanzaremos es la Automaestría, es decir, la autonomía energética donde ya no dependamos ni de un otro, ni de sus enseñanzas para crecer y vivir plenos. Y nadie dice que niegues lo que otros han dicho o vivido y que te han transmitido, sino sólo digo que es importante que con esa autonomía de energía amándote profundamente, puedas transformar todas esas enseñanzas en un camino propio, y que hasta pueda ser contradictorio con las enseñanzas recibidas, pero bueno, tal vez para eso llegaron a ti. Además, lo contradictorio también es un juicio de la dualidad, donde a todos se nos pide coherencia, o sea, ser siempre el mismo… A la larga entenderás que esa coherencia no permite el cambio, la transformación, la muerte a cada instante de lo que uno fue para ser alguien nuevo permanentemente. “¡Pero es que la gente se desconcierta cuando cambio!” Bueno, algo tendrán que ver ellos en su interior que no logran aceptarte cuando has cambiado, con energías renovadas siempre. Ese es el juego que nos permite la vida en la Tierra, jugar en la forma, disfrutarla siempre, y permitiéndonos vivirla como en cada segundo nos vaya naciendo desde un corazón que se ama a sí mismo.

Polos derretidos
¿Cuál es una de las principales trabas que podemos encontrar en este camino? El miedo a dañar o que se nos juzgue de mala manera, o definitivamente creer que realmente somos malos o actuamos mal.

Bueno, ese miedo existe porque aún estamos poniendo nuestro poder en otro externo, dándole el derecho de juzgarnos o definirnos. Pero la verdad, es que somos nosotros mismos los que estamos temiendo encontrarnos con algo que no nos gusta de nosotros…, y para eso nuevamente está el autoamor, la liberación de lo externo y el abrazo de lo interno, sin creencias limitantes.

Lo bueno, lo malo, la esencia de la dualidad, estos son los polos necesarios de derretir…¿Y para qué? Para dejar de juzgarnos y de juzgar a los demás. Y dejamos de juzgarnos precisamente cuando logramos amarnos en plenitud. Ya no brotarán palabras o frases como por ejemplo: “…es que no sé amarme”, “es que yo no sirvo para eso”, “es que los demás se mueven en una energía tan baja que no me permiten moverme en tranquilidad”, “es que los demás no entienden”, “es que están dormidos”, etc… Amándonos a nosotros mismos dejaremos de poner la dificultad en el otro necesitando que cambie para uno estar bien, dejaremos de creer que somos tan pequeños, dejaremos de creer que el mundo está tan mal, y así, dejaremos de lanzar indiscriminadamente tanta energía de miedo y conflicto a nuestro exterior, energía que sólo confunde las cosas. Lograremos confiar en nosotros mismos porque seremos conscientes que el Humano es Divino y que nuestra sola presencia es epifanía; y lograremos confiar que todo es posible, porque así lo Es; dejaremos de darle tanto poder a las apariencias, como que el planeta se va a destruir o que lo estamos llevando por tan mal camino. Nosotros nos instalamos en esto y vamos por algo mayor, RECUÉRDALO!!!

Lo bueno, lo malo. En el recuerdo de lo que somos en esencia entenderemos que todo lo que sucede a nuestro alrededor es movimiento energético y saldremos de la trampa de criticar o juzgar. Esto mis queridos, es una trampa, ya que pone tu atención afuera tuyo olvidándote de lo más importante, tu corazón y tu interior. Incluso al criticarnos a nosotros mismos perdemos la atención de nuestro interior porque dicha crítica surge necesariamente de una comparación externa donde lo bueno y lo malo aún existe como parámetro. Todo, mis queridos Magos, tiene un origen en la Energía y tiene un propósito, por lo tanto podremos entender que la concepción de que algo es malo o negativo, nace de alguna amenaza que nos produce a nosotros, o sea, nuevamente se hace necesario mirarnos a nosotros mismos ante de juzgar nada afuera. Y podremos entender que la concepción de bueno surge de alguna confirmación que algo externo nos hace a nosotros y nos autoafirmamos en algo ilusorio. Y eso ilusorio no tiene ninguna consistencia; como llegó se irá, porque es energía en movimiento, por lo tanto quedaremos tan vacíos como antes.

La conciencia de cómo movemos las Energías es fundamental, por ejemplo, comprender que una enfermedad es energía movilizada con un propósito, que un vicio es energía movilizada con un propósito, que la rabia, que el enojo, que el sufrimiento, que los sueños, que el disfrutar de la vida, que amarnos incluso, etc, son energías movilizadas con un propósito…, lo importante es aprender a leer dicho propósito en una conciencia más allá del estado del miedo, como lo hace un Mago. Y luego de esa lectura se está en condiciones de, por ejemplo, sanar por sí solo una enfermedad, o de transformar cualquier alimento que se ingiera sólo en un disfrute, sin temer a que nos dañe o a que baje nuestra vibración energética, porque si lo dejamos, el cuerpo sabrá sanar y vibrar alto, ya que será sólo manifestación del Amor; por lo tanto, luego de esa lectura energética, se está en condiciones de hacer un “milagro”. No habrá miedo porque todo lo habremos creado nosotros conscientemente, y si esa es la condición de nuestra creación, nada nos puede dañar.

Es necesario que vayamos soltando los juicios para vivir en libertad, en paz y en verdadero Amor, ya que esos estados son consistentes, es Energía movilizada en conciencia, nuestra propia Energía no la de lo externo o de otros…, y esta Energía movilizada en conciencia se irradia y se contagia, ese es el origen del cambio. Eso es ser un Faro de Luz, un estándar para otros, eso hace el Guerrero en estos días, luchar por conquistar su propio Amor para que otros en libre albedrío opten o no, por querer brillar por sí solos. Eso es Automaestría.

Que la Magia de la Creación en Amor los acompañe siempre.
Los abrazo hasta fundirnos.
Yo Soy Roberto.

Por Roberto Cabrera Olea / 5 de enero de 2009
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